Martes 16 de junio
Como todos los martes habíamos quedado en vernos. Como todos los martes él pasaría una vez más a buscarme a la salida del trabajo. Como todos los martes iríamos a mi casa a refugiarnos y darnos mucho amor. Pero no. Ese martes fue distinto.
Faltando aún 15 minutos para mi horario de salida, le escribo un mensaje de texto: Mi amor por dónde andás?. Diez minutos más tarde recibo la respuesta a mi inocente pregunta: la proposición se divide en etapas. La primera es que usted viaje en subte hasta la Avenida Corrientes y la peatonal florida con la línea B, y cuando llegue me envía un mensaje...¿acepta?.
Como yo tengo menos ubicación que un perro, estaba desencajada, no sabía para dónde ir. Cabe aclarar que ese día se me ocurrió ponerme botas altas......y que ya no veia la hora de sacarmelas...pero me tenía que subir ya al subte!.
Pregunté a la señora de la boletería en que estación debería bajarme para ir hasta Corrientes y Florida. Obvio, en la estación Florida!.
Faltando 3 estaciones para llegar a destino, le envío un mensajito: Y cuando me bajo que hago? Me faltan 3 estaciones. No obtuve respuesta. Bajo en la estación y desesperadamente le pido nuevamente por mensaje que me llame por favor.
Me llama y me pregunta: ¿dónde estás?
- En la estación, no salí a la calle todavía.
- Bueno salí y andá caminando hasta el Cabildo por la peatonal Florida- dejando escapar una risita entre dientes.
-Bueno salgo, pero ¿para dónde agarro? ¿cómo llego al cabildo?
- Andá hasta la peatonal Florida, caminá por ella y llegás al cabildo.
- ok, cualquier cosa pregunto.
Subo por la escalera mecánica. Salgo sobre Avenida Corrientes. Hacia la izquierda Puerto Madero. Hacia la derecha el Obelisco. ¿Y el cabildo?.
Cruzo Avenida Corrientes. Primer kiosco que veo paro a preguntar hacia dónde está Avenida Rivadavia. "Para abajo" me contesta el pibe.
Listo. Comienzo a caminar por San Martín. Una. Dos. Tres cuadras. No veo el cabildo. Los pies se me revientan de dolor. Ya cansada y casi "rayada", lo llamo.
-Es lo peor que me podrías haber hecho. Justo hoy se me ocurre ponerme botas y vos que me hacés caminar miles de cuadras. Estoy perdida, venime a buscar - le dije.
-¿En qué calle estás?
-En San Martín y Juan D. Perón.
- Listo. Ahora te voy a buscar, estoy a 2 cuadras de ahí.
Me quedé parada en la esquina. Miraba para un lado, para el otro y nada. De repente lo veo cruzar entre los autos, corriendo. Me agarró de la mano y cruzamos.
-Disculpame que no tenga la mínima ubicación en el centro. Parezco venida del campo- le dije.
Él sonreía.
Caminamos juntos 3 cuadras más y llegamos al cabildo, parandonos en la puerta lateral dónde nos conocimos.
Recién ahí me regaló un beso y me abrazó.
-Bueno...felices 4 meses- me dice.
Se quita la mochila de la espalda. La abre.
- Esto es algo que yo tenía pensado hacer hace un tiempo.
De la mochila se asoma una rosa roja. Me la entrega.
-Gracias- sonrío.
- Y esto también es para vos- me dice.
De la mochila saca también un regalo envuelto en papel dorado.
-mmmmm.....qué será- le digo.
Continuará.....