Lo extraño tanto pero tanto cuando no lo veo, que lo que más deseo es abrazarlo fuerte para sentir que nuevamente vuelve a mí, una y otra vez.
Esos abrazos tan intensos, envolventes y eternos, él los llama "Abrazos de Poxipol" : una vez que se te pega, no se despega nunca más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario